El hijo del legionario

“‘El hijo del legionario’ es una joya y me hice fan irremediablemente” - Nacho Vegas

“(…) Y del pícaro me voy a la historia de un inocente. Un inocente nos cuenta su infancia en los ochenta. Se podría decir que este inocente es hijo de la generación de los pícaros. Cuenta su vida por medio de una novela gráfica, El hijo del legionario, escrita y dibujada en la primera persona de Aitor Saraiba. No solo tiene el valor del dibujo. Saraiba atesora el don de la narración literaria. Su historia arranca así: “Nací en Talavera de la Reina en 1983, el 1 de junio, mi padre cumple los años el mismo día, durante años esto es lo único que hemos compartido. Talavera tiene muchos barrios, el mío es Patrocinio de San José, y no, no es lo mismo ser de Talavera que ser de Patro”. Los vaivenes de la infancia y la juventud de Aitor no están movidos por su espíritu aventurero sino por los desastres sentimentales y económicos de sus padres. Cómo el arte le ayuda a escapar de un destino incierto, a salir del armario y a perdonar al rudo legionario es algo que planea durante toda esta emocionante historia. Con qué pocas palabras se puede contar la complejidad de una vida que aún ha de dar mucho de sí, pero que empezó de la peor manera.

Si aquellos jóvenes de los ochenta andaban perdidos en la embaucadora mitología de la droga que acabó con el futuro de muchos, estos de ahora han heredado un presente con pocos visos de futuro. Pero hay artistas empeñados en luchar contra el negro destino. La historia de Aitor es grandiosa como un novelón, y si el azar ha puesto en mis manos su libro yo tengo que recomendar a gritos este tesoro, porque no es banal el miedo a que en estos días solo nos enteremos de las novedades editoriales de los que ya lo tienen todo o de lo que hacen modernillos insustanciales.” - Elvira Lindo
14 OCT 2012, El País.


Ediciones de Ponent 2011
Color, 176 páginas